miércoles, 29 de diciembre de 2010

Top: Mis 5 Personajes Favoritos de Star Wars

Pobre blog mío, lo tengo muriendo, pero soy una persona ocupada con responsabilidades que me gustaría no tener.
En fin, que yo quería hacer una actualización antes de que acabara el año con lo mejor y lo peor del 2010, pero me quedan tantas cosas por ver, que me parece que llegará con retraso. Igual para Diciembre del año que viene lo tenéis. Así que nada, en lugar de eso, mis personajes favoritos de Star Wars, sin orden.
R2D2
Lo amo, simplemente. Es uno de los robots más adorables, carismáticos y abrazables de la historia. Y punto. Ha estado siempre ahí: para salvar de aprietos, para vacilar a la gente, para reírse de C3PO, para ayudar, para intentar luchar él solito contra enemigos de forma valiente…No puede ser tan amor.
Han Solo
Otro amado. Encima lo interpreta Harrison Ford, otro que no es nada amor. Ni Luke ni leches, el que molaba era él. Malote, chulo, gracioso, con carácter. Es el dueño del Halcón Milenario, joder. Eso mola que te cagas. Y su forma de cortejar a Leia diciéndole: “te gusto porque soy un sinvergüenza”. Pero en el fondo, tiene un gran corazón, que es de los buenos, pero no es un soso como Luke. No le hace falta ni tener sable láser. Anda que no es dramático cuando lo congelan…
Yoda
Yo no creo que haga falta explicar nada. ¡Es Yoda! Es esa cosita verde y pequeña, tan gracioso él. Que le cuesta andar, pero como se ponga a luchar, vas a flipar con sus saltos y su habilidad. Se gana el respeto simplemente con existir. Y cuando le escuchas hablar, sabes que no te equivocas respetándole y admirable. Sabio como pocos. Solo por su forma de hablar ya es para darle un premio, mira que yo intento a veces imitarle, pero me acabo liando cambiando el orden de las frases… Bueno, y no hablemos de su muerte. Por favor. Qué pena tan dolorosa cuando eso sucede mi corazón siente. ¿Véis? Ya me he liado. Seguro que no está bien.
Darth Vader
Otro del que no hace falta hablar. Si hasta tiene la voz de Constantino Romero. Uno de los villanos más míticos de la historia de la humanidad, que encima tiene una bso que lo acompaña cuando aparece que mola que te cagas. Es que es carisma puro. Y, además, quizá uno de los personajes más completos de las películas. Todos están muy definidos: o son buenos, o son del lado oscuro. Pero Darth Vader se pasea entre los dos lados. Bueno, Anakin se pasea y duda, ya que Darth Vader sí sería del lado oscuro…Qué complicación esto de tener doble personalidad. El caso es que caer en el lado oscuro no es tan complicado. Nunca sabes qué puede pasarte, y cómo puedes actuar para proteger lo que quieres, cómo te afecta la venganza, la inseguridad, el miedo… y puedes acabar con un traje super molón y respiración incómoda siendo el malo malísimo de un super imperio galáctico.
Obi-Wan Kenobi
Hay muchas cosas mejorables en la nueva trilogía. Empezando por eliminar las dos primeras películas. Pero creo que, aparte de algunos momentos épicos de batallas, Obi-Wan Kenobi es lo mejor de la trilogía nueva. Obi-Wan siempre me gustó, aunque apareciera poco. Me transmitía fuerza, confianza, seguridad. Tal vez porque Leia lo buscaba con tanta insistencia asegurando que era su única esperanza. Pero el caso es que lo hacía. Y el Obi-Wan de las nuevas, continuó transmitiéndomelo. En la primera era más un criajo inexperto, pero evolucionó. Gran parte de la culpa, claro, es de Ewan, que con su presencia ya me aporta todo lo que me ha transmitido Obi-Wan. Es complicado de explicar, pero Obi-Wan es muy amor. Se hace querer.
¿Y los vuestros? Imagino que coincidiréis bastante, porque todos sabemos que estos son los más amor, es innegable ♥ xD
PD: ¡Felices fiestas y feliz año!
PD2: Cuatro emitió en Navidad otra vez Pocahontas 2. Ya sabemos que el mal encarnado existe, y trabaja para Cuatro.

martes, 14 de diciembre de 2010

Desmontando a los bastardos (Parte II)

Capítulo 2: Malditos Bastardos

Elegir mi capítulo favorito de esta película resultaría muy complicado. Pero si tuviera que elegir uno para ver una y otra vez, uno que no me importaría en absoluto que el dvd se rayara y comenzara a reproducirlo una vez acabado de nuevo, probablemente sería este.
La presentación de los bastardos, soldados americanos judíos que van a liarla parla en Francia, liderados por un Brad Pitt cojonudo, con su gran Aldo Raine. Aldo Raine da un discurso a sus hombres: deben aniquilar a los nazis. Los nazis deben sufrir, los nazis deben recordarles por lo cabrones que van a ser. Sus hombres le deben cien cabelleras nazis. Este discurso es genial. Tiene ese toque, al igual que el resto del capítulo, más tarantiniano de la película. Ahí vemos, a un grupo de hombres, con un humor muy peculiar, hablando al estilo Tarantino, y comentando actos violentos o brutalidades que nos van a parecer divertidas.
Me recuerda este discurso a los días en los que esperaba esta película. Veía el trailer una, y otra, y otra vez. Parte de este discurso era la base del trailer. Joder, es que ese Brad Pitt, con su acentazo, diciendo esto...es épico.

A continuación, aparición estelar de Hitler. ¡Grandeee! Tarantino nos da a un gran Hitler, a un Hitler divertido, ridiculizado. Y cabreado porque los bastardos los están jodiendo a base de bien. Tendremos en paralelo, entonces, la audiencia de Hitler con un soldado alemán que sobrevivió a los bastardos, y las escenas de lo que sucedió aquel día con ese soldado y los bastardos.

Ahí comprobamos lo cachondos y bestias que son los bastardos. Y por eso, les amamos. Vamos a ver cómo putean a base de bien a unos nazis. Mención aparte, tiene la presentación de Hugo Stiglitz, un alemán que se cargó a varios de los suyos, y al que los bastardos van a rescatar a prisión. Genial esa parte. Con ellos irrumpiendo cargándose a todos, apareciendo poco a poco frente a la celda de Hugo con esa música -siempre bien elegida por Quentin-, Brad Pitt proponiéndole sumarse a los bastardos. Ese momentazo en el que un nazi malherido gime en el suelo y un bastardo -no recuerdo cuál- lo calla de un tiro sin mirar. Lo que yo diga, este capítulo es muy tarantiniano.
Hugo, y los bastardos, nos están ganando. Sin darnos cuenta, estamos adorándolos. Y eso que muchos ni han abierto la boca. Pero joder, molan que te cagas. Y esto la verdad, es otro gran mérito de Tarantino: en una película tan coral, conseguir que todos los personajes principales de ese coro sean carismáticos...Pero estamos hablando del hombre que en Pulp Fiction se inventó al Sr Lobo, personaje mítico donde los haya, que apenas aparecía en la película.

Bien, los bastardos siguen torturando a los soldados nazis que se han encontrado, entre risas. Y llaman al Oso Judío. Oh Dios. Me da igual que Eli Roth haya dirigido cosas como Hostel, como si hubiera dirigido una película sobre que las hojas se caen de los árboles. Me declaro fan de este hombre gracias a esta película. Lo amo, irremediablemente. Está jodidísimo de la cabeza. El Oso Judío aparece en escena para reventarle la cabeza a un nazi con un bate de beisbol. Aparece desde una especie de un túnel oscuro, avisando con golpes del bate.

Y sí, después es cuando aparece Eli Roth con su cara de loquísimo, y el Oso Judío hace su trabajo. Y se pone a gritar cosas como un auténtico pirado. ¿Es o no es amor?

Uno de los soldados nazis, el que logró sobrevivir, después de tal panorama, se ofrece a contestar lo que dicen los bastardos. Lo dejarán irse vivo, pero con dos condiciones: primero, debe contar lo que allí ha sucedido; y segungo, se irá con una marca especial. Porque a los bastardos no les gusta que los nazis puedan quitarse el uniforme. No. Quieren que se pueda ver que son nazis siempre. Para ello, ¿qué mejor que dibujarles con un cuchillo en la frente una esvástica?

Lo que yo diga: amamos a los bastardos. Yo los amo, al menos. Y bastó solo este capítulo para hacerlo. Tienen carisma, tienen un gran líder, tienen ese estilo tarantiniano, tienen gracia, tienen buenos métodos. Tienen talento en lo suyo: joder y matar nazis. Después de un primer capítulo con un enorme Hans Landa y tensión, Tarantino nos regala uno de descanso, uno divertido, uno en el que nos da a conocer a sus bastardos, para que los adoremos, del primero al último.

Es un poco complicado de explicar. Lo mejor que se puede hacer con este capítulo, es sentarse y disfutar de él. Imposible no hacerlo.

martes, 7 de diciembre de 2010

Un personaje: Paul (Funny Games)

Y yo que pensaba actualizar hoy con otra cosa...Pero nada, hoy Funny Games ha vuelto a mi cabeza, donde suele pasarse bastante tiempo. Podría decir mil cosas de esta película, hablar y hablar hasta la saciedad, y darme cada vez más cuenta de que tengo que quitarme el sombrero mil veces ante el señor Michael Haneke. De entre miles de cosa que destacaría de la película, una es el personaje de Paul (si es que se llama así), interpretado por Arno Frisch en la primera versión, y por Michael Pitt en la segunda.

Voy a hablar del Paul de Michael Pitt. Y muchos pensaréis: pero si es el mismo. Para mí no. Las actuaciones de ambas versiones son acojonantes, pero la verdad es que no voy a entrar si Michael Pitt es mejor que Arno Frisch o al revés. Simplemente, creo que las actuaciones de cada uno le dan un matice diferente al personaje. El Paul de Arno Frisch es un cabronazo sin escrúpulos, frío. Lo ves y solo piensas que es un gran hijo de puta, vaya. Al menos, eso me transmitía a mí. En cambio, Michael Pitt aporta algo nuevo al personaje: humor. El de Arno Frisch para mí era muy calculador, serio (claro que tenía sus momentos también, al fin y al cabo el guión es el mismo...pero la manera de interpretarlo no tiene por qué ser la misma). Michael Pitt, con esas risas en momentos puntuales, y la expresión de su cara al decir ciertas cosas, le da un puntillo de humor psicópata genial.

Y dejemos las cosas claras: creo que estoy un poco enferma, porque me lo paso en grande con Funny Games. Y el culpable es Michael Pitt, su Paul. Su personaje consigue que empatice con él (lo que yo os diga, enferma perdida). Me río cuando él dice algo en tono sarcástico y tan enfermizo como mi cabeza cuando ve esta película. Yo también disfruto.

Al Paul de Michael Pitt también le da por reírse, o mirar -momento niño con la escopeta que él imita el ruido de un disparo- de manera que te hace pensar que está totalmente ido de la cabeza. Aunque es capaz de volver a ponerse serio -no del todo, que se está divirtiendo- y seguir jugando con la familia, y con todos nosotros.

Sabemos poco de él, aparte de su humor y sus hobbies tan peculiares. Sabemos que tiene un compañero, al que de vez en cuando, no trata demasiado bien. Es el líder. Todo está bajo su control. Todo. Su compañero, lo que pasa, las vidas de una familia entera, la película. Y también suponemos que debe provenir de una familia acomodada, ya que reconoce la marca de palos de golf y se ve que entiende del tema, y que además, sabe manejar un barco de vela. O viene de una familia con pasta, o se ha paseado ya por demasiados lugares de descanso de familias de clase media-alta y ya se ha familiarizado con todo.

Además de todo esto, es educadísimo. Ya puede estar diciendo que vas a morir, que lo hará de forma educada. Pero poco más. Eso le añade un misterio al personaje que me gusta. Hay poco que se pueda saber de él aparte de lo que te haga sentir cuando sale en pantalla.

En fin, que adoro esta película, y adoro a Paul. Michael Pitt se ganó mi respeto con esta actuación, aunque las veces que lo he visto demuestra que se le da bien esto de actuar. Gran psicópata. Y bueno, quizá muchos prefieran al Paul de la primera versión, y crean que también tenía su punto de humor. Puede ser. La recuerdo menos también. Pero sí recuerdo que me transmitieron sensaciones distintas. Y el Paul que me ganó y me hizo replantearme mi salud mental es el de Michael Pitt.

Grande Haneke, de todas maneras.

PD: No tiene nada que ver...bueno, algo sí, pero vamos... Damon Albarn en este video me recuerda al personaje de Michael Pitt en esta peli. Por aquello que van de blanco, son rubios, ojos azules, y están pirados. Salvando las distancias, no se parecen en nada, pero me recuerdan. Y encima homenaje a mi Alex DeLarge y su naranja mecánica con super temazo. Qué amor todo.