miércoles, 30 de marzo de 2011

Películas: I saw the devil

No pienso poner ninguna excusa esta vez para tremendo abandono. Solo una palabra: pereza. Qué se le va a hacer. Pero ya se me ha pasado.

Tampoco quería ser muy monotemática, pero desde mi última actualización, solo he visto películas coreanas. Sigo con mi ciclo, y encantada de la vida con él, qué de joyas se descubren. Y encima, vuelvo con una película del mismo director de A beetersweet life, Kim Ji-woon. Y repite con Lee Byung-hun como protagonista. Bueno, más o menos. Él y Min-sik Choi lo comparten.

Escojo esta película no porque haya sido la que más me ha gustado, pero con una tenía que actualizar, y la dueña de este blog (pasaros de vez en cuando si queréis recomendaciones de cine asiático) me dijo que la avisara si actualizaba con esta película. Así que nada.

Me costó ver I saw the devil. Empecé a tener miedo de ver una super salvajada muy bestia y dura, que me iba a crear un trauma irreversible. Tampoco iba muy desencaminada.
I saw the devil es bestia. Es muy bestia. ¿Me ha creado un trauma? He sido más fuerte de lo que esperaba. La soporté bastante bien y puedo dormir por las noches. Aunque sí que me ha impactado. Cómo para no. Para que os hagáis una idea: va de un asesino (Min-sik Choi) que se dedica a cargarse tías de manera preciosa y muy considerada. Una de ellas resulta ser la novia de Lee Byung-hun, y claro, este se cabrea que no veas. Quiere venganza. Quiere ir a por él. Va a ir a por él.Y hasta ahí cuento. Porque en esta película pasa como en tantísimas películas coreanas: no sabes qué coño va a pasar. No sabes a dónde te va a llevarlo que estás viendo, lo que va a pasar a continuación. Así da gusto. Y las coreanas que he visto de género trhiller se llevan la palma. Aquí, conocemos al asesino desde la primera escena. Y se inventan un nuevo thriller, una nueva forma de dejarte intrigado, pegado al asiento, sufriendo.

Como he dicho antes, es muy bestia. Visualmente lo es. Preparaos para ver sangre, y hostias de esas brutas, que te dejan con los ojos abiertos de lo salvajes que son. Pero no hay que quedarse con eso. Lo peor es que argumentalmente es muy bestia también. Y tiene una profundidad totalmente coreana. Bajo todo ese festival de violencia al límite, hay algo. Hay, para variar en el cine coreano, una reflexión sobre la ética y la moral que te hacen replantearte bastantes cosas, a base de empatía y situaciones extremas. Y la evolución del personaje de Lee Byung-hun es acojonante. Cómo va a castigar a un monstruo, con la vida rota, y se va transformando en algo terrible. Impresionante. Y olé por Lee Byung-hun. Me cae bien este hombre. No me parece un actorazo increíble, pero me gusta. En A bittersweet life estaba elegante, frío. En esta también se escuda en una frialdad, que sabes que esconde mucho, mucho dolor y odio. Y destaco sus primeros planos: es cuando mejor está, cuando se le nota bajo esa apariencia impasible, el odio en la mirada.

Y bueno, por supuesto, hay que hablar de Min-sik Choi. Oh, por Dios. Solo le he visto en esta, Oldboy (para mí siempre será Oh Dae-su) y Sympathy for Lady Vengeance. Pero jo-der. Soy totalmente fan. Primero, su personaje. No es un asesino loco común. Ni de coña. Creo que no he visto un psicópata así nunca. Su personalidad, esa manera en la que se la suda todo...es bestial. Min-sik Choi no pone caras de loco. No le hace falta. Con su simple expresión calmada, a mí logró acojonarme en alguna que otra escena. Y en las otras me hacía flipar. Además, aunque sea ya no una persona repugnante, sino un hijo de puta como pocos se han visto, tiene tiempo de regalar algún toque de humor. Humor negro, negro. Como cuando llama psicópata al personaje de Lee Byung-hun y la escena del taxi es bestial. Me encanta.

Dura casi dos horas y media, si recuerdo bien, pero no decae. Comienza de una manera brutal. Cuando Lee Byung-hun sale a la caza, aumenta todavía más el ritmo y la intensidad. Cuando se encuentran es brutal. Y el resto de la película es...difícil definirla. Pero no deja de sorprender ni de tener grandes momentos. Y el final. Creo que junto al encuentro, es mi parte favorita de la película. Para terminar de rematar lo bruta que es, hurgar más en la moral. Y esos segundos e imágenes finales, te dejan una sensación en el cuerpo tan extraña...

Para mí, quizá sobraba alguna bestialidad. No muchas, creo que con la película quedan bien. Pero tal vez en algún momento...No sé. Pero tampoco mucho. Y quién en serio crea que solo es violencia gratuita...Ni de coña lo diría, vamos.

¿La recomiendo? No a todo el mundo. Se la recomiendo a gente que le guste el cine coreano, que esté acostumbrado a él, que quiera ver algo distinto. Que quiera ver algo bruto, pero profundo. Que esté preparado para algo bestia. Decidid vosotros. Yo, al final, aunque temía verla, no me he arrepentido. Y eso que creo que para una chica puede ser más traumática. O acojonar más. O como queráis decirlo. Yo es que tengo miedo a que alguien me secuestre y me torture o cosas así (malditas películas).

Nota: 8

Os dejo el trailer por si tenéis curiosidad, que me gusta bastante:

viernes, 4 de marzo de 2011

Momentos: A bittersweet life

Bueno, los Oscars nada sorprendentes este año, como era de esperar.

Bueno, mi intención ahora es hacerme un mini ciclo de cine coreano, que tengo mono. Aunque hoy lo he interrumpido con Kung Fu Hustle, pero bueno...ciclo de cine coreano con pausas asiáticas, digamos. Así, ayer me tocó A bittersweet life, de Kim Ji-woon, y tras amarla bastante y tener más ganas todavía de ver I saw the devil a pesar de los traumas que pueda llevarme, me quedé sobretodo con varios momentos de la película.

La verdad es que ambos son peleas. Bueno, una pelea, pelea. Hostias de las buenas. La otra es un tiroteo muy épico. Y me encantan, no solo porque sean violentas (?), sino porque alucino con la clase que tienen los putos coreanos. Ya pueden estar rodando una burrada, que destilan una clase, y una elegancia...No sé, he visto otro tipo de violencia en cine de otro país que puede gustarme, pero tienen otro tono. La coreana es diferente. Igual, hay que ser bueno, claro. Y quizá una super burrada pues ya no me va a parecer tan elegante y tan estética de ver, pero bueno. Lo coreano, en general, es diferente. El cine coreano es un mundo distinto, y ese nosequé diferente que tiene, hace que cada día me enamore más de él.

Y si tuviera que definir esta película, una de las palabras que usaría sería elegancia. Sin duda. Y a mí es que así, con una pelea que mola un huevo, rodada así de amor, con esta elegancia...me puede. Orgasmo cinematográfico al canto. Aquí la escena, aunque recomiendo que veáis a partir del 1:00, porque lo de antes puede ser un poquito spoiler. Si véis a partir de ahí, solo véis la pelea amor y ya está.

Y Lee Byung-hun lo mola todo y más.

La inserción está desactivada por solicitud, lo cual no es amor, pero bueno:

Ver aquí