lunes, 17 de febrero de 2014

La No Recomendación: El remake de Oldboy

Oldboy es mi película favorita. Así que, sí, admito que yo condené el remake desde el primer día y que iba a ser difícil sacar una opinión positiva de mí, fuera como fuera. Es mi película favorita, y me toca la moral que en Hollywood hagan remakes por falta de ideas y para tener su versión yanqui, sin la intención de aportar nada nuevo. Por mucho que al principio dijeran como excusa que ellos se iban a inspirar más en el manga, esto no es más que una copia. Yo dije en su día que era una estúpida patañaa para justificar lo que estaban haciendo, pero que sería mentira. Del manga, efectivamente, ni rastro. En fin, mi religión me obligó a odiarlo desde el primer día. De hecho, cuando salió el tráiler, pillé tal mosqueo que hice un artículo en Tokio Blues dando 10 razones para odiarlo.

Pero os voy a confesar una cosa que jamás dije en mi campaña contra este remake: me esperaba, muy a mi pesar, algo de cierta calidad. Eso no significaba que fuera a gustarme, pero sí esperaba algo más o menos decente (más menos que más, pero bueno). Por la sencilla razón de que parte de una historia interesantísima y genial. Tan retorcida, que es difícil no sacarle partido. Y detrás está Spike Lee. Pero anoche vi el remake. Y señores, ya no lo odio. Ahora, si acaso, siento lástima. Me pareció tan sumamente malísima y ridícula, que no puedo odiarla.

A rasgos generales, la película copia, salvo tres chorraditas, toda la historia de la original. Pero mientras que la original era fascinante, hipnótica, y te atrapaba por completo, aquí se convierte en una historia de segunda, poco interesante y hasta aburrida. Además, si en la original todo estaba bien hilado, aquí no. Aquí muchas cosas pasan porque sí, y las que pasan por algún motivo, son por la razón más estúpida del mundo. Los personajes son, a cada cual más despreciable y/o ridículo, y actúan de forma totalmente incoherente. Y si en la coreana, el clímax final es una maravilla, que no pierde con visionados posteriores, aquí se roza el ridículo y causa cero impacto. Y nombro a la original, pero es que olvidándola, el remake es un desastre absoluto como película. Ahora, voy a detallar todos los puntos absurdos del remake, que son unos cuantos. Los que hayáis visto la original, podéis seguir leyendo, porque la trama es casi igual, solo que en esta ocasión, todo está mal contado. Cuando llegue al final, que es cuando cambian un par de cosas, avisaré de spoilers, por si algunos queréis ver el remake con el factor sorpresa. Si os da igual, pues seguid leyendo.


Bueno, pues la historia empieza con Joe. Joe es un gilipollas. Así, sin rodeos. Es un alcohólico, y un tío insoportable en todos los ámbitos de su existencia y su penosa vida. Te dan ganas de que lo encierren rápido, pero que tiren la llave al mar, y no le den de comer y se acabe la película para no tener que seguir soportándole. Pero bueno, al lío. En su noche de borrachera (en la que, por cierto, acaba paseando por un barrio chino, y le compra un juguete a una china que tiene las mismas alas de ángel que aparecen en la original...estos guiños sí que me tocan las narices, no me preguntéis por qué...me parecen muy de recochineo. Si quieres homenajear, no haces esta mierda, dejas la película tal como está, que así no muestras respeto), una chica asiática se le acerca, y entendemos que se va con ella. Cuando él se despierta, está encerrado ya.

Por cierto, lo de la chica asiática hay que comentarlo. Hay que comentarlo, porque cuando lo sueltan, 20 años después, aparece otra asiática con el mismo paraguas. Suponemos que es la misma, ¿no? O eso da a entender. Cuando conocemos al villano, descubrimos que la chica asiática es su guardaespaldas (Pray For Mr Han...para una cosa que cambia de la historia original, quita a nuestro silencioso Mr Han para meter a una china que está buena para que en una escena de la película enseñe el culo gratuitamente). Os lo comento porque la chica tendrá unos 30 años (la actriz, de hecho, tiene 27), y por esa regla de tres, tenía unos 10 años cuando se produjo el secuestro. Por tanto, primer fallo: no puede ser la misma chica, jamás. Y si son conscientes de ello, ¿por qué dan a entender que es la misma mujer? ¿El villano se compra una asiática nueva cada vez que su guardaespaldas cumple los 30?

La estancia durante el secuestro es similar a la de la original. Aunque esta es bastante más larga, lo cual para mí es un error: hasta la media hora de la película, no sale fuera, y en poco más de una hora tiene que contar todo lo demás. Se podrían recortar unos minutos del secuestro sin problema. Y durante el secuestro, otro fallo más. Una de las claves del secuestro es conseguir que se mantenga con vida. Por eso, cuando intenta suicidarse cortándose las venas, le echan el gas con el que le duermen, para poder curarlo. En cambio, dejan que él haga un agujero enorme en la pared del edificio dónde está. Caben por el agujero él, la tele, la almohada, el váter... y se asoma por ese hueco. Vuelve dentro para coger las cosas para pirarse, y entonces, le duermen. No tiene sentido. Nunca deberían haberle dejado hacer un hueco tan grande en la pared. Desconozco si está a la suficiente altura como para matarse si se tira, pero si no lo está, igualmente puede salir corriendo o huyendo de allí. Y podría haberlo hecho al asomarse la primera vez. En la vida debería haber sucedido eso.

Esta era mi cara de WTF mientras veía esta película
Bueno, vamos ya a cuando lo sueltan (en un bául, en un sitio con hierbajos...a Oh Dae-su fue en su maletín, en un césped verde). A ver. Si te pasas encerrado 20 años, cambias. Un poquito, vaya. Primero, físicamente: 20 años no pasan en balde, y más si estás en esas condiciones: envejeces mucho más. Oh dae-su sí parecía más joven antes de ser secuestrado, y al salir sale más demacrado y parece otro: no solo por los años, sino porque Min-sik Choi consigue una expresión diferente, con lo que parece una persona distinta. Josh Brolin sale con su misma cara de palo, y sin haber envejecido absolutamente nada. Solo lleva el pelo más corto. Pues vale.

Y también cambias psicológicamente: te has pasado 20 años encerrado en una habitación, sin saber por qué. Eso trastorna a cualquiera, aunque sea un poquito. Oh dae-su sale con dificultades para relacionarse, sale asombrado por ciertos cambios que aprecia, tiene impulsos más animales... se ha convertido en una bestia. Aquí el amigo Joe no solo sale y se comporta completamente normal: se comporta mejor que antes. Que no me vendan la moto de que en el secuestro se ha redimido y se dio cuenta de que era un gilipollas. Eso vale. Pero no puede salir y comportarse como si nada y relacionarse estupendamente. No. No. Y NO. Por no asombrarse de nada, el tío fue encerrado a principios de los 90, y le sueltan con un smartphone última generación, y no se sorprende y sabe utilizarlo perfectamente. Eso sí, luego preguntará que por qué suena una musiquita cada vez que lo llaman. No sabe qué es un tono de llamada, pero ha nacido con el don del dominio y conocimiento de lo táctil y de las últimas tecnologías.

¿Recordáis que Oh Dae-Su se entrenaba y sale sabiendo pelear? No es un crack, pero sabe pegar buenos puñetazos. Joe también se entrena. Oh Dae-su, al salir, le pega cuatro puñetazos a cinco niñatos pringados. Joe les pega una paliza, cual maquina de matar perfecta, a niñatos...que son deportistas y probablemente estén estrenados, aunque no sea para pegar, y tengan fuerza y tal. Pero eh, da igual. Que así vemos que Joe ahora lo peta y es Terminator.

Siguiendo a la china del paraguas, se encuentra con la chica de la película, Marie, creo que se llamaba. La chica ofrece ayuda y atención médica por caridad a personas con problemas y blablabla. Le da su teléfono, y él se va con un viejo amigo. Un viejo amigo que al verle dice: QUIÉN ERES, LARGO DE AQUÍ. Pero si está igual, querido mío, cómo no lo vas a reconocer. Estando con su amigo se desmaya, y casualmente, tenía la tarjeta de la chica en la mano, y el amigo la llama. Ella lo atiende, y lee sus diarios y cartas que escribió mientras estaba secuestrado, y decide ayudarle a buscar a su hija, que sigue viva, y a encontrar a quién le hizo esto. Por cierto, de su hija pasa como el culo, y no intenta buscarla, aunque se pasara 20 años encerrado pensando en ella. Lo de buscar a su captor...bueno, con calma. No vamos a ver un Oh Dae-su roto por dentro, consumido por el odio y la rabia, que necesita vengarse. Aquí vemos a Joe con cierta curiosidad, pero si avanza en la investigación, es porque las cosas le vienen solas o el villano el pone un límite. No está muy desesperado, la verdad.

Pues Joe y la tal Marie (o cómo se llame) buscan a dos señores que él tiene en la lista de gente que podría estar cabreada con él, y entonces se acuerda de los dumplings que comía estando secuestrado, y que el restaurante se llamaba Dragon algo. Van restaurante por restaurante, lo encuentra, y sigue al primer hombre con un pedido grande que ve. Así llega al edificio dónde estaba secuestrado, martillo en mano, claro. Si me dicen que esta es más violenta porque se ve cómo le da con el martillo a uno en la cabeza... no me hagáis reír. Más de lo que me hace esta película.

Total, llega, y va a torturar al tío que parece que manda ahí, Samuel L Jackson en este caso, para sacarle información. Esto puede ser uno de los únicos momentos buenos de la película, porque la forma de hablar nigga de Samuel L Jackson es amor. Fin. Aquí no hay tortura de muelas, si no que le va cortando cachitos de piel del cuello. Y para que sea más tortura, ¿qué hace? Le echa sal. Esto es tremendamente divertido, porque saca un bote entero de sal. ¿De dónde? Ah. Vete a saber. No salió de casa con él, y no es la típica cosa que un tío que lleva un negocio de secuestros tiene en su oficina. Joe es Terminator, controla la tecnología, y es mago.

Luego viene la copia de la escena de la pelea en el pasillo. Intenta cambiarla un poco, pero hay ciertos elementos que se repiten. Pero la otra es una jodida maravilla, estéticamente alucinante, y una pelea sucia, directa, y que a pesar de ser uno contra mil, consigue hacerla realista. Aquí intenta dar esos toques, pero se queda en copia mala, porque tiene elementos de pelea irreal y coreografiada (para los fans del kpop: parecen los EXO en Wolf o algo).

Sale bastante fastidiadillo de allí, arrastrándose con un cuchillo clavado en la espalda. Es salir del edificio, y un tipo lo recoge, lo mete en su coche y le dice: la diversión acaba de empezar. Y lo suelta en casa de su amigo. A ver, digo yo, que por muy dolorido que estés, ¿no te das cuenta de que ese tío está metido en el ajo? Sí, obviamente es el malo. Y no lo he comentado, el malo ya lo había llamado por teléfono: conoce su voz. Y no es una voz cualquiera. Y esto es quizá el aspecto más ridículo de la película: el malo. A mí me recuerda, desde la primera vez que se escucha su voz, al Jim Moriarty de Andrew Scott para Sherlock de la BBC. Pero mientras que Andrew Scott está carismático, divertido y absolutamente genial (también cuenta con un personaje tremendo, pero él lo eleva), este es una ridiculez. Es un tío medio mariquita, medio drama queen ridícula. Bueno, quitad lo de medio. Es absolutamente de vergüenza ajena su personaje. Y digo que me recuerda a ese Moriarty, porque intenta entonar muy parecido, y parece que le copie en otros aspectos de la actuación. No sé si es casualidad, pero vi la película con otra persona, y pensó exactamente lo mismo sin que yo le dijera nada. Un chiste de personaje, la verdad. Con eso, ya te cargas media película.


Cuando os decía que no persigue mucho la venganza y las cosas le van llegando, no es solo percepción personal. Después de curarse sus heridas por la pelea, se va a tomar algo tan tranquilo. Lo único que ha hecho ha sido encontrar el edificio dónde estuvo, y ya. Es que no se le ve con ganas. Bueno, allí se descubre el malo, y se abalanza sobre él, pero la china le pega una paliza. El malo le dice que le recompensará si averigua quién es él y por qué le secuestró en un límite de tiempo, y le dirá dónde está su hija. Ah sí, de repente se acuerda de que quiere mucho a su hija y que tiene que estar con ella.

Se reúne con la chica de la peli, y le dice lo del politono: jo, es que cada vez que me llama, suena esta musiquita. Y ella, con una aplicación o un programa en su móvil, con escuchar unos segundos, le saca qué canción es: el himno de Evergreen, la escuela dónde iba Joe. Sí, chavales. Hay programitas que te reconocen la canción. Porque esos programitas seguro que tienen todos los himnos de todos los colegios del universo. Lógica aplastante. Para qué inventarse algo más elaborado. Las chorradas molan más. Así que, deducen que eso es una pista, y que el malo es un antiguo alumno como él. Necesitan saber su nombre.

Se acercan al cole, pero piensan que es mala idea, y que es mejor colarse por la noche. ¿Cuál es la mejor idea? Ir a la casa de la directora, y que mientras ella habla con la señora, él se cuele y busque los anuarios para ver la foto del malo y averiguar su nombre. Plan genial. Todos sabemos que todos los directores de centros guardan sí o sí todos sus anuarios en sus casas. Y no solo eso: lo tienen a simple vista y será el primer libro que encuentres, como pasa en la película.

Bueno, descubren su nombre, y acaban acordándose de su hermana. Aquí viene el flashabck (mismo estilazo de rodaje y de escena que en la original, sí). Aquí vienen SPOILERS, porque la trama cambia ligeramente. Resulta que él no se tiraba a su hermana como en la original. La hermana se tiraba a su padre. Pero no solo eso. Al final de la película, veremos el flashback del malo, y nos enteraremos de que su padre también se lo tiraba a él. Eran niños muy obedientes, porque es entrar el padre por la puerta, y ambos: FATHER : D, y se empiezan a desabrochar cosas. Sentí mucha vergüenza ajena en ese momento del joven malo. Todo traspasa el ridículo de manera patética. Hace gracia y todo.

En la original, Oh Dae-su contaba que había visto a la hermana de Lee woo-jin con un tío, crece el rumor de que está embarazada, y ella decide suicidarse. Se ve clara la responsabilidad lógica de Oh Dae-su en esa cadena., hay conexión. Aquí, sí, vemos a Joe mirando, pero en el flashback ni lo vemos contárselo a alguien (aunque según dice él después, se lo contó a medio instituto), y sabemos que la familia se traslada a Luxemburgo, y que un día el padre dice cargarse a toda la familia. No sé, qué queréis que os diga, me parece menos comprensible, más cogido por los pelos todo, y más ridículo. Lee woo-jin era un malo increíble y perfecto, mítico, cabrón...hasta que descubres su historia, y en ese flashback del puente, comprendes el dolor que sintió en ese momento, y el que ha llevado arrastrando tantos años. Estaba enamorado de su hermana. Estaban enamorados. Ella murió por culpa de ese rumor, la razón de su existencia, la persona a la que amaba. Aquí, el malo es solo un excéntrico freak que está mal de la cabeza, porque cree que el padre que abusaba de él y de su hermana era el mejor hombre del planeta. Pues bien. El personaje es patético, y no me va a causar más impacto que un padre abuse de sus dos hijos si está rodado de forma tan irrisoria. En cambio, la historia de Lee woo-jin desgarra.

Y así llegamos al clímax final. Joe se ha ido a contarle lo que ha averiguado al malo, y tal (ah, y en un momento, se carga a la china guardaespaldas, y eso que era una diosa pegando...pero es Joe Terminator) Cuando estaba secuestrado, se enteró de que su hija seguía viva, porque en la tele pusieron programas de Crímenes misteriosos, y trataban en el que su mujer fue asesinada. Y decían que la niña había sobrevivido, y la sacaban con el paso de los años. Cuando lo ves, piensas que ya es raro que en la televisión saquen a la niña que no sabe qué ha pasado, que tantos años después hablen del crimen... te puedes oler que el malo está detrás del montaje, o te puedes creer que es otro fallo de guión, porque como todo es tan porque sí... Bueno, pues el malo le enseña el plató dónde se rodaba el programa, y le dice: no te creas todo lo que sale por la televisión. Y entonces, aparece su supuesta hija, Mia. El avispado de Joe tan contento, pensando que es su hija. No se huele nada raro. No se puede ser tan imbécil. Es que solo pone cara de medio sorprendido cuando ve el plató, pero ya está. Por supuesto, esa no es su hija, y es una actriz. He de decir que esta es la única cosa que me gusta de la película. Cambia con respecto a la original, y no es que me guste más, pero creo que es algo que está bien pensado.

¿Quién es su hija? Por supuesto, la chica de la película. Aquí debería darse el momentazo de la cinta. Pero da pena. Antes de que el malo le enseñe imágenes en una pantalla, él grita que quién es su hija, y le va a pegar un puñetazo. Pero no se lo da. Se queda parado hasta que el malo le da al play. No se queda parado en plan: me tiembla el puño y no sé si pegarte o no. Josh Brolin se queda quieto, porque está esperando a que el otro le de al play. Se pasa así unos cuantos segundos. De hecho, supuestamente el malo da al play, pero él sigue quieto con la misma expresión, hasta que ya Josh Brolin recuerda que tiene que mirar unas imágenes. Es el momento de mayor tensión y el más importante de la película, ¿y no puedes cuidar esos putos detalles?

Mariquita, dale ya al play que me canso de tener el brazo en alto y esta cara de perro

¿Y cuál esperáis que sea la cara y la reacción de un hombre al enterarse de que se ha tirado a su propia hija? Seguro que no esta:

¡Qué cague me da la niña de El exorcista, nena! Aunque mírame, si hasta parezco un idol posando de forma cute
Sí, es como cuando estás viendo una película de terror, y te tapas media cara con las manos. Yo aquí es que me reía, porque es absurdo y parece una broma todo. Después, reacciona diciendo no, no, no y suplicando, intentando imitar la actuación de Min-sik Choi en ese momento, ya que intenta poner un tono parecido. Pero es patético. Dura poco, además. No hay ni un cuarto de la locura, desesperación y desgarro emocional que sufre Oh Dae-su. Sí, grita un poco. Pero ya. No hace falta que se comporte como un perro, ni que se corte la lengua. Pero joder. No puede quedarse así. Demasiado entero. El malo, por cierto, se pega un tiro. Porque sí. Porque era como acababa la otra. En la otra, Lee woo-jin deja claro que su razón para seguir viviendo era Oh Dae-su y su venganza. Como ya ha acabado, no tiene motivos para vivir más. Este hombre, pues entendemos que se mata porque ha cumplido su venganza. Pero vamos, no sabemos mucho de él, podría habérselo no pegado. Incoherencias por todas partes.

Sinceramente, el final me parece pésimo. Por cómo está rodado, las reacciones de los personajes, las actuaciones (espero que se fustiguen al ver las de Yoo Ji-tae y Min-sik Choi después de lo que han hecho), y la poca intensidad del momento. En la coreana es un mazazo terrible. Y no es porque en esta sepas el final: he vuelto a ver muchas veces Oldboy, y el final sigue afectándome, desde el momento en que Oh Dae-su se encuentra con Lee woo-jin en el ascensor para subir al ático. No me vale como excusa la falta de sorpresa.

Bueno, ¿y qué hace nuestro Joe? Le manda una carta a su hija, le dice que ha hecho algo malo, y que viva su vida, y que no le busque. La tía, a pesar de lo implicada que estaba con él, se la ve muy happy. Y Joe le manda el regalo que le compra al principio de la película: una especie de pato de plástico feo de cojones que no vale ni dos duros. La tía lo abre, y se empieza a reír, y le encanta y lo pone en su coche. Y un carajo. Eso te llega, y lo tiras a la basura. ¿Y él? Se autosecuestra. ¿Por qué' ¿Para castigarse y que su hija no le encuentre? Pues supongo. Os digo supongo, porque me cuesta entender que una persona que se ha enterado de algo así, actúe tan fríamente y esa sea su decisión. Y ojo, para mayor sin sentido, la película acaba con él mirando a cámara y sonriendo. Anda y vete a tomar por culo, Spike Lee. Vaya basura has cagado.

Y antes de acabar: debo comentar el que es, para mí, el fallo más gordo de guión de toda la película. La película, en teoría, se basa en la venganza del malo contra Joe. Para poder vengarse, Joe tiene que tirarse a su hija. En la original, Oh Dae-su y Mido eran hipnotizados para conocerse, hablar y sentir atracción. Lee woo-jin se aseguraba de los dos iban a tener algo, ellos eran marionetas. ¿Aquí como se lo asegura el malo? Lo deja al azar. La justificación es que le construyó a la niña una infancia traumática, y por eso desarrolló ganas de ayudar a gente con un pasado turbio, y que seguro que se iba a enamorar de Joe. Pero qué carajo me estás contando. ¿Tu venganza se basa en que la tía seguro que se enamora de él porque ha tenido un pasado turbio? ¿A todo aquel que conoce y asiste, que tiene una vida difícil, se lo tira y se enamora? Es absolutamente incoherente. Es que podrían casi ni haberse conocido. Sí, la china del paraguas lo guía hasta dónde está ella, pero ellos podrían no hablar. O podrían hablar, y no volverse a ver nunca más. De hecho, que se vuelvan a ver, es casualidad, porque a ella le ha dado la gana de darle su tarjeta, y Joe la tiene en la mano cuando sufre la indisposición. Pasa porque sí. Esto no puede pasar porque sí. Esto es la venganza, y no puedes contarme que se venga porque a la tía le atraen los hombres con vida difícil, cuando ni sabes si se van a volver a ver y van a volver a hablar. Tiene que tenerlo controlado. Fallo enorme. No te puedes permitir un fallo así en la trama más importante de la película.

Spike Lee es como el niño que se copia un examen entero de otro niño. El otro niño saca un sobresaliente, y Spike Lee saca un 3. ¿Cómo copiando se puede hacer algo tan desastroso? Preguntadle a Spike Lee.


martes, 4 de febrero de 2014

Un personaje: Jesse Pinkman

Supongo que a todos los fans de Breaking Bad les llega ese momento en el que deben responder a la gran pregunta; ¿Walter White o Jesse Pinkman? 

No es que si eliges a uno, rechaces al otro, pero supongo que todos somos más de uno que de otro. La elección es complicada. Walter White es un personaje increíble, por eso lo siento por él: soy de Pinkman. Si no habéis visto Breaking Bad, no tenéis por qué huir de esta entrada. Jesse es una gran razón para ver la serie. Una de tantas.

La verdad es que Jesse me ganó pronto. Con permiso de Saul Goodman, me parece el personaje más divertido de Breaking Bad. Son incontables los momentos en los que Jesse me ha hecho reír, con sus bitches, sus reacciones impulsivas, sus caras, sus piques infinitos con Walter. Pero claro, Jesse es algo más que un chico que suelta un bitch cada dos frases. Creo que Jesse es mi favorito porque fue el que se metió más dentro de mí.

Me explico, y de forma sencilla: Jesse me parte el corazón. Mientras que hay otros personajes por los que puedo sufrir más o menos, es Jesse quién más me hace sufrir con una diferencia enorme. En parte, porque le pasan demasiadas cosas malas; y, por otro lado, porque me parece que es el que menos se merece que le pasen esas cosas. A lo largo de la serie, vemos atravesar a Jesse un camino terrible, duro y lleno de obstáculos, que destrozarían a cualquiera. Y siempre está esa sensación de: por qué él, si no se lo merece. Esa sensación de que Jesse simplemente tuvo mala suerte, que está perdido en algo que le supera, y que no debería estar ahí. Que cometió un error, y ese error lo estropeó todo.

Y ves cómo le arrancan las posibilidades de ser feliz, cuando es solo un chico que necesita apoyo y suerte para aprovechar toda la vida que le queda por delante. Ves a alguien que ha sido rechazado hasta por sus propios padres. Nadie pudo confiar en él, a pesar de demostrar que es la mejor persona de todos los que le rodean, que no soporta las injusticias o que le pasen cosas malas a la gente que quiere y a la gente inocente. A pesar de que es capaz de arriesgar su vida por ello, por esas personas, por lo que cree que está bien, porque es incapaz de vivir con el hecho de hacer daño a otros. Y te dan ganas de sacarle de ahí, de llevarle lejos de ese infierno, de decirle que no está solo, y pegarle cuatro gritos a todos los que le infravaloran y le tratan como si no fuera nadie.

Además, he de decir que es el único personaje con el que me identifico de la serie. Esas cosas siempre te hacen sentir más cercano al personaje. No soy tan valiente como Jesse, no digo bitch, pero puede que a veces sienta las cosas de manera parecida. Y, para más inri, cuando cocina con Walter y discuten, y la lía... no puedo evitar acordarme de mí y cierta persona. Sé que si nos metiéramos en la droga, seríamos como ellos dos: yo no entendería mucho, la liaría parda todo el rato, y él perdería los nervios. No pegándonos y diciéndonos barbaridades, sino en situaciones divertidas como las del 2x09, 4 days out, por ejemplo.


No puedo no tenerle un cariño inmenso a Jesse. ¿Os ha pasado alguna vez que un personaje de ficción se ha ganado un rincón en vosotros muy importante? Que, de vez en cuando, lo recordáis. Pensáis en él de vez en cuando, sintiendo que no podéis olvidarle, como si fuera más un viejo amigo que algo ficticio. Pues eso me sucede con Jesse. No puedo evitar acordarme mucho de él. Y, SPOILER tantas veces, deseo con fuerza que por fin haya tenido suerte, y le vaya bien en la vida. FIN SPOILER

Por supuesto, parte del mérito de lo grande que es Jesse, lo tiene Aaron Paul. Puede que haga otras cosas, y espero sinceramente que le ofrezcan cosas interesantes y siga regalándonos grandes actuaciones, pero siempre será Jesse. Y Jesse siempre será parte de mi vida, a su manera. A veces, la ficción es demasiado poderosa. Al igual que Walter White, de ese enorme Bryan Cranston, Jesse Pinkman es eterno. Por sus bitches, y por mil razones más.

Jesse, I miss you.